
Más de diez años después del desastre nuclear de Fukushima, el gobierno japonés decide descargar el agua contaminada al océano.
Se descargarán 1.250.000 litros de agua entre 2023 y 2050. Esta decisión pone fin a siete años de debate durante los cuales se plantearon múltiples soluciones para deshacerse del agua de lluvia, aguas subterráneas o de agua. Inyecciones necesarias para enfriar los núcleos de los reactores nucleares que derretido tras el gigantesco tsunami del 11 de marzo de 2011. Según las palabras del primer ministro japonés, Yoshihide Suga, esta operación es ahora "inevitable", después de haber descartado las dos últimas posibilidades, a saber, la evaporación en el aire y la almacenamiento. Pero también urgente por el agua que sigue acumulándose.
Obviamente, los vecinos de China y Corea del Sur se apresuraron a salir de sus reservas tras este anuncio para expresar un profundo descontento y preocupación.
Sin embargo, Tokio desea tranquilizar y garantizar que esta operación no presenta ningún riesgo para la salud. El agua se ha filtrado varias veces para eliminar la mayoría de sus sustancias radiactivas. Sin embargo, queda uno: el tritio. Es un isótopo radiactivo de hidrógeno que las técnicas actuales no pueden eliminar del agua.
E incluso si Tokio dice que está haciendo todo lo posible para eliminar la mayor cantidad de tritio posible para liberar agua con niveles de seguridad muy por debajo de los estándares aceptables, es una apuesta segura que esto no será suficiente para aliviar las tensiones. Internamente, la poderosa industria pesquera ha expresado un gran descontento y ha expresado fuertes temores. Al final, el gobierno japonés se las arreglará sin el aval de representantes del sector. Sin embargo, estos últimos habían recibido una garantía del Estado de que serían consultados y de que se tomaría en cuenta su opinión.
Para respaldar su decisión, el gobierno japonés cuenta con el apoyo expresado por Joe Biden para quien este rechazo no presenta ningún riesgo. James Conca, un especialista en desechos nucleares de la Agencia de Medio Ambiente de los Estados Unidos, incluso declaró: "La Agencia Internacional de Energía Atómica aprueba el plan del gobierno japonés, señalando que esta descarga en el océano cumple con los estándares. Práctica mundial".
Lamentablemente, China no lo escucha de esa manera y no tiene la intención de dejarlo pasar. El canciller chino declaró al respecto: “Este plan es completamente irresponsable y constituye un grave ataque a la salud y perjudica los intereses vitales de los países vecinos. "
Misma historia del vecino surcoreano que, una vez no es costumbre, se sumó a la indignación de China. Choi Young Sam, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur, dijo: "Nuestro gobierno expresa serias preocupaciones ya que esta decisión puede tener un impacto directo e indirecto en la seguridad de nuestra gente y el medio ambiente circundante".
Greenpeace, por su parte, reaccionó enérgicamente hablando de una "decisión completamente injustificada de contaminar deliberadamente el Océano Pacífico con desechos nucleares". Y que sin duda hubiera sido preferible almacenar esta agua a la espera de que los conocimientos científicos evolucionen y permitan una descontaminación completa sin poner en peligro el medio ambiente.
Aquí hay un tema muy tóxico para el gobierno japonés que tendrá un margen de maniobra muy estrecho para resolver este problema sin provocar una escalada de incidentes diplomáticos.
Publicado el 14-04-2021 18:23
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