La erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai en una isla deshabitada del Pacífico Sur, a unos 65 kilómetros de Nuku'alofa, la capital del archipiélago, ha aislado las islas Tonga del resto del mundo. Este archipiélago, que tiene sólo 100.000 habitantes, tendrá que hacer frente sin duda a una situación difícil que debería durar. Las conexiones telefónicas e Internet quedaron imposibilitadas tras la rotura de un cable imprescindible para las comunicaciones. Se necesitará al menos un mes para repararlo, dijo el miércoles 18 de enero el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nueva Zelanda, basado en información de la " empresa de cable estadounidense SubCom".
"Por la poca información que tenemos, la escala de la devastación podría ser inmensa, especialmente para las islas más aisladas ", dijo anteriormente Katie Greenwood, de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja.
Además, más allá del desastre humanitario, se avecina un desastre ecológico. La erupción volcánica de la masa submarina de Tonga podría causar daños duraderos en los arrecifes de coral, erosionar las costas y perturbar la pesca, afirman científicos que estudian imágenes de satélite y miran al pasado para proyectar el futuro desde la zona remota.
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Desde la erupción inicial, el volcán ha liberado dióxido de azufre y óxido de nitrógeno, dos gases que crean lluvia ácida cuando interactúan con el agua y el oxígeno de la atmósfera.
Con el clima tropical de Tonga, "probablemente habrá lluvia ácida alrededor de Tonga durante algún tiempo", dijo el vulcanólogo Shane Cronin de la Universidad de Auckland.
La lluvia ácida está causando grandes daños a los cultivos y podría arruinar los alimentos básicos de Tonga, como la malanga, el maíz, las bananas y las hortalizas. “Dependiendo de la duración de las erupciones, la seguridad alimentaria podría verse comprometida”, agregó Shane Cronin.
Las imágenes de satélite muestran la columna de humo y cenizas que se extiende hacia el oeste, lo que significa que Tonga podría evitar parte de esta lluvia ácida. Este no es el caso de las Islas Fiji que están en la trayectoria.
En un boletín publicado el lunes, la oficina de asuntos humanitarios de la ONU dijo que Fiji estaba monitoreando la calidad del aire y había aconsejado a las personas que cubrieran los tanques de agua de sus hogares y permanecieran en el interior por si acaso los radares.
¿Qué pasa con el sector económico que también se verá muy afectado? La zona económica exclusiva de Tonga, que tiene casi 700.000 kilómetros cuadrados marinos, es 1.000 veces más grande que su superficie terrestre. Y la mayoría de los tonganos obtienen su comida, y su sustento, del océano.
Si bien los científicos aún tienen que investigar el suelo, "las pocas imágenes disponibles parecen mostrar un manto de ceniza" en tierra, según declaraciones de Marco Brenna, geólogo de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda. El martes 18 de enero por Maxar Technologies, mostró islas devastadas, con secciones enteras del archipiélago cubiertas de ceniza y polvo o devastadas por un tsunami.
En el océano, estas cenizas pueden ser dañinas para la vida marina. Semanas antes de la erupción del sábado, el Servicio Geológico de Tonga advirtió que el agua de mar cercana estaba contaminada con descargas volcánicas tóxicas y que los pescadores deberían "asumir que los peces en estas aguas son venenosos o tóxicos". Inevitablemente, la erupción empeoró la situación. El agua turbia y llena de ceniza cerca del volcán matará de hambre a los peces y acabará con las zonas de desove.
Algunos peces morirán y los sobrevivientes se verán obligados a migrar, dijeron los científicos. Nuevos cambios en la estructura del lecho marino podrían crear nuevos obstáculos para los barcos pesqueros. "Tomará algún tiempo antes de que se restablezcan los mismos caladeros y nuevas áreas de pesca", dijo Brenna.
La caída de ceniza también puede sofocar los arrecifes de coral, que en Tonga son la columna vertebral de la industria del turismo que reportaba hasta 5 millones por año antes de la pandemia de coronavirus. Incluso antes de la erupción, los arrecifes de Tonga estaban amenazados por epidemias e impactos del cambio climático, incluido el blanqueamiento de corales y huracanes más poderosos.
Ahora, "grandes áreas de arrecifes en el área de impacto inmediato en Hunga Tonga probablemente estén enterradas y sofocadas por grandes depósitos de ceniza volcánica", dijo Tom Schils, biólogo marino de la Universidad de Guam que ha estudiado las erupciones volcánicas y los corales en el Islas Marianas del Norte.
Tales erupciones también liberan más hierro en el agua, lo que puede estimular el crecimiento de algas verdeazuladas y esponjas que degradan aún más los arrecifes.
Es posible que los arrecifes deban comenzar desde cero, un proceso que podría llevar años, dijo Brian Zgliczynski, ecologista de arrecifes de coral en la Institución Scripps de Oceanografía. "Quizás las especies más tolerantes a la mala calidad del agua saldrán primero", mientras que los corales duros y los peces tardarán más en regresar, dijo.
Este desastre natural es también un mal augurio y una fuente de amenazas adicionales para las ya frágiles zonas costeras. De hecho, la pérdida de los arrecifes de coral también afectaría la capacidad de Tonga para hacer frente al aumento del nivel del mar y las mareas de tempestad. Es una preocupación para Tonga, donde el cambio climático está provocando un aumento del nivel del mar de unos 6 milímetros (0,2 pulgadas) al año, el doble del promedio mundial. En un informe de 2015, Tonga valoró sus amortiguadores de tormentas naturales, incluidos los arrecifes de coral, así como los manglares y los pastos marinos costeros, en alrededor de $ 11 millones por año.
Con la última erupción, un indicador del nivel del mar de Tonga registró una ola de tsunami de 1,19 metros (casi cuatro pies) y luego dejó de informar. Se sabe que los tsunamis causan una rápida erosión costera. Y antes de que fallaran los sistemas de comunicación, los videos revelaron daños en los diques hechos por el hombre. “Las defensas costeras y las tierras ganadas al mar podrían verse muy afectadas por las olas del tsunami, lo que dejaría a las islas aún más vulnerables”, dijo Shane Cronin.
Publicado el 19-01-2022 10:15
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